Apareció, como dÃa de mar en calma,
reflejo de ilusiones y esperanzas.
Se hizo el silencio,
sólo un tic tac en mà sonaba,
de deseos y ansias ya olvidadas.
Rubios cabellos como el trigo,
pantalón azul, camisa blanca,
no sé por quién preguntabas
¡ay del mundo si mi alma contestara!
¡Estrella fugaz, niña olvidada!
¡Desafiaste al sol esa mañana
y brillaste más que nunca
sin que nadie lo evitara,
ganando la batalla!
¡Tan lejana, tan distante,
te busco a veces en el alba,
cual Venus, lucero de la mañana,
de otra forma, en otros ojos,
pero nunca encuentro nada! |