-Su zumbido es extraño, zigzaguea de izquierda a derecha, cambia de posición, sube, baja pero no se marcha de aquí, como me gustaría ser esa simple mosca... -
La seis de la tarde, los curiosos y el publico se apretujan en sus asientos, Juan no puede ocultar su nerviosismo.
-¿Y por que vuela solo en ese punto? ¿Por que no escapa de aquí ya que tiene alas? Yo lo haría, saldría por cualquier rendija, seria libre y desaparecería.-
Una gota de sudor se desliza por su frente, su corazón late alocado, intenta salírsele a través del pecho.
-Creo que no podré aguantarlo, me derrumbare y gritare, tengo ganas de mear... -
El hombre del cuello duro y el rosario esta a punto de terminar, recita las frases de forma automática, sin prisas, para él esto es solo un día mas, una función mas en la representación de la vida, Juan se estremece.
-Míralo, habla de amarnos los unos a los otros y sin embargo lo que están haciendo conmigo aquí no le importa, el solo realiza esto como parte de su rito, no tengo nada en contra de el, pero mis sentimientos no van para nada con los suyos-
Juan escucha los murmullos de los asistentes, algunos los conoce, su hermana, su padre, su madre... su madre que llora la próxima perdida de un hijo
-¡no tendrían que haber traído a mí madre!- grita Juan para sus adentros cuando una ola de furia le invade -¡ella no se merece pasar esta vergüenza! Y todo solo por unas malditas copas y una noche de diversión... -
Entonces su mente viaja hacia su pasado reciente, unos cinco meses atrás, una noche como todos los fines de semana, él estaba en un local donde trabajaba poniendo música, pero esa noche era especial, le había dicho a su novia que no saldría con ella por que estaba cansado, lo cierto es que se proponía quedar con algún colega cuando terminase de currar para tomarse unas copas en la capital, su amigo que fue el que le convenció, tenia pensado otra cosa, seria una noche de desfase total, alcohol, tías, coca y alguna sorpresa en forma de pastillita guapa, aunque sabia que a Juan no le molaban esos rollos, el se encargaría de colocárselo de alguna forma.
-¡Hijo de puta toda la culpa fue de el!-
salieron temprano, esa noche la cosa estaba cortita y pudieron tirar para la capital con tiempo, antes de salir ya estaban bastantes contentos, el menda le sangro unas cuantas copas y a pesar de que el conducía la verdad es que ya estaba bastante ciego, cuando llegaron a la discoteca, la primera sorpresa...
-Juan, estas son María y Fátima, son dos amigas que están hoy un poco solas, solitas ja ja-
-tío, sabes que yo de esto paso, tengo novia y no creo que a Andrea le guste que me pasee por una discoteca con estas tías-
-venga ya si solo es esta noche, además no tienes que hacer nada, solo estar aquí tomándonos unas copas y bailando, ¡eso no hace mal a nadie!
Las amigas en cuestión eran dos quinquis de cuidado, la verdad es que no estaban mal pero lo que era estilo tenían bien poco, Fátima era bajita y de tetas grandes, suficientes como para desviar la vista de su cara y poder mantener una conversación con ella, María era una pedante con sombrero de cowboy y un piercing.
De todas formas tampoco era plan de chafar la fiesta y Juan se dejo llevar. María lo tenia muy claro desde el principio se fue a por Juan y lo acosaba sin parar, pero él mantenía las distancias, su colega viendo que la cosa no marchaba bien decidió meterle una “ayudita”
-un par de pirulas en el cubata y veras como este se pone como una moto-
Juan se empezó a notar raro aunque no sabia por que, él la bebida la aguantaba bien y ese día tampoco bebió en exceso, en estas que María vio su oportunidad y empezó a magrearlo, con la lengua intentaba probar a lo que sabia su estomago y la mano fue directa a su entrepierna, a Juan todo le daba vueltas y no pudo decir nada, se dejaba hacer
-¿tienes coche tío?, Aquí no estamos muy íntimos que digamos ¿no?-
-sssi... si pero no... no me encuentro bien como para conducir-
-no te preocupes, no quiero que pongas en marcha nada, por lo menos el coche no-dirigiéndose a su amiga a la par que se levantaba arrastrando a Juan dijo:
-oye, que este y yo nos vamos a dar una vuelta, arregláosla vosotros-
y diciendo esto desapareció con Juan por la puerta, el cual ya no era coherente con ninguno de sus actos, hacia y decía cosas sin sentido, su cerebro estaba en un nivel de conciencia inferior, a un estado bruto, reaccionaba por instinto, como un animal
-joder como le han sentado las pirulas a este ja ja-
Fátima lo miro como si no entendiera nada, cosa que tampoco le importaba ella solo quería pasarlo bien.
A partir de ese momento Juan no recordó nada, no sabia como llego a su casa, solo recordaba que Manuel, el propietario y amigo del local en donde trabajaba, lo llevo a su casa al habérselo encontrado tirado delante de la puerta del bar, de lo que ocurrió en medio, nada de nada, todo en blanco, hasta que pasaron cuatro meses y vinieron aporreando la puerta de su casa acusándole de algo que el juraba no haber cometido.
De nada le sirvió a los ojos de todos era culpable y tenia que pagar...
-no, yo no hice nada, no fue culpa mía, el alcohol, la droga, yo... -
los padres de ella también estaban y le miraban ceñudamente, la única que no estaba era su novia de siempre, en cuanto se entero de la noticia no quiso saber nada...
-estoy mal, la ultima cena que me dieron anoche me sentó fatal, me dijeron “pide lo que quieras, esta es tu ultima cena y pagamos todo nosotros” yo no tenia ganas pero era la tradición-
en un momento dado la mosca se poso en la calva del cura, el cual, de un manotazo la aplasto, fue solo un pequeño paréntesis
-tenias la posibilidad de escapar, pero al final tu vida termina aquí- pensó Juan
la gente se impacientaba, deseaban que terminase la cosa ya, los cuchicheos se acrecentaban
-cabrones, ni siquiera mi sufrimiento respetan, ¡venga, que termine esto ya para que puedan disfrutar a tope de la fiesta!-
sus pensamientos iban desde la más absoluta desesperación hasta el más tremendo odio hacia los presentes, pasando por la pena y vergüenza hacia sus familiares...
el cura estaba ya terminando
su cabeza ya no podía mas
sudaba, y el corazón de nuevo le estallaba, las piernas inmóviles no las sentía todo estaba apunto de acabar...
-hijo mío... - dijo el cura,
el no escuchaba, estaba ido, absorto en sus pensamientos, maldiciendo su mala suerte
-no puedo mas, me derrumbare, me pondré a llorar... -
-hijo mío... - el cura estaba un poco impaciente
el momento final, tenia que enfrentarse con su destino, aquí se terminaba su vida
tenia que ser fuerte...
-Sí padre... -
-... puedes besar a la novia...-
con dificultad por lo avanzado de su estado (cinco meses) y a pesar de lo abultado de su vientre, María se giro y beso a Juan; estaba contenta, no sería una madre soltera...
Sonó la marcha nupcial, Juan había terminado con su antigua vida y avanzaba con pasos temblorosos por la que a partir de hoy seria la nueva y triste existencia. En el final de la iglesia apoyado en la pared con vehemencia, estaba su amigo el cual a su paso dijo
-!!!Jo macho, pues si que te han sentado mal las pirulas!!!!-
:: Fin ::
...todo parecido con la realidad, es... pura realidad...
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