Resulta que vas de tienda en tienda sin saber que buscas y sin saber a donde vas.
Vas entrando en las tiendas rebuscando en los montones de ropa. Buscas y buscas y revuelves toda la ropa, esperando encontrar algo diferente, algo nuevo, algo bonito que no esté roto, pero solo hay cosas sucias, viejas, con alguna tara… la tienda está llena a rebosar y resulta que la de al lado tuyo ha cogido una blusa, y ahora resulta que a ti también te gusta. Intentas persuadirla con la mirada como diciéndole que quieres la blusa que tiene exactamente ella. No sabes que hacer, no sabes como decÃrselo, quieres esa blusa; te cueste lo que te cueste… Por suerte ella la ha soltado y ahora miras la blusa y no te convence mucho; te la pruebas y aunque no te quedas satisfecha del todo la compras, y vas a otra tienda en busca de otro montón para comprar otra cosa… Tienes un problema, eres un comprador compulsivo… |