Hoy voy a contar una cosa que me pasó el verano pasado.
Pues nada, me compré una mesa de ping-pong y ala a jugar con los amigos y si alguno habéis jugado sabréis lo adictivo que es.
Pues nada organizamos un campeonato de ping-pong un dominguito que no habÃa nadie en mi casa con los litritos y demás.
Empezamos a jugar y al rato la bola de metió en un hueco que hay entre una piscina de esas grandes de chapa y el filo de la pared, y nada intento cogerla y no llegaba, la rocé con el dedo y la eché más hondo. Total que me apoyé en la piscina para alargar más el brazo y zas se hundió la chapa de la piscina y perdà el equilibrio y me caà sobre ella, si vosotros vierais todo el agua de la piscina salirse en 5 segundos a toda presión contra mi cara... (creo que desde entonces tengo esta cara de perro de agua), jajaja, me rÃo ahora, pero no me reà tanto aquel domingo sacando agua de mi casa.
Porque al salir todo el agua de golpe la no dio tiempo a que saliera por el bucillo y se metió el agua por todo el salón... eso era para haberlo visto, jajaja. Salu2s.
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