| A veces uno quiere ser mayor por el simple hecho de tener al alcance muchas cosas: ya sea el carnet del coche, ya sea hacer el amor sin que te denuncien, o para poder entrar en la discoteca. Y refiriéndome al último punto, resulta gracioso cómo el paleto de turno, espera a tener los dieciocho años para llegar a la puerta y que el gorila te diga: "lo siento, sólo gente de veintiún años". Pues bien, si necesitas esperar tres años, lo haces. Una sonrisa aborda tu cara, un andar de confianza marca tu paso, y un gorila de dos por tres de ancho, pide tu carnet. "Lo siento, sólo gente de veintidós años". Y qué haces, ya que has esperado tres años, qué mas da uno más.
Este sábado salimos unos amigos a "divertirnos" en Dos Hermanas. Dos de ellos de veinte años, entraron en la discoteca junto a dos amigas. No había nadie en la cola. Como nos habían parado, pensé que dentro no se cabía, hasta que uno de los gorilas, nos hechó de la fila. Mientras salíamos del terreno marcado en el acerado público sin posibilidad de molestar a nadie, porque no había un alma, pedí una explicación. Parece que mi pregunta no fue escuchada, así que después de repetirla cinco veces, el guarda me dice: "no tenéis la edad". Curioso, porque acto seguido saqué mi carnet y se lo intenté dar. Sin ni siquiera mirarme a la cara, retiró mi mano y el carnet. "Perdona - le dije - pero tengo la edad, tengo veintidós años". Muy confiado dijo: "Hacen falta veintitrés años". Yo solté una medio carcajada. "La semana pasada eran veintidós años, ¿ahora son veintitrés?. No lo entiendo, aquí entran chavales de diecisiete años, y no hablemos de la preferencia a las mujeres". El gorila preguntó: "Tienes algún problema", y yo le dije que sí, que sabía que ese era su trabajo, pero no entendía cómo se podían tener tan pocos sentimientos. Su compañero no decía nada, me miraba con expresión de: "lo siento chico, no pienso ganarme un enemigo en mi trabajo". Y uno de mis amigos saltó: "Os creéis que hacéis un buen trabajo y resulta que ni lo respetáis, la próxima escusa cual es, hace falta invitación, seguro". El gorila avanzó hasta mi amigo y empezó a encarársele. Yo me puse en medio y los calmé a los dos. Bueno, solo calmé a mi amigo, porque cuando quise medio separarlos, el gorila me dijo: "No me toques", de forma amenazadora. A mi amigo se le ocurrió decir: "Menos mal que no hay ningún riachuelo por aquí cerca, os vendría poco bien", y yo pues tuve que llevarme al compi lejos de allí.
Tengo amigos trabajando de guarda en algunas discotecas de Dos Hermanas y son muy buenas personas. Distingo a los que en vez de ser personas trabajando a las puertas de una discoteca, son "gorilas", que seguramente, tratan de demostrar disciplina, ofendiendo a personas como yo, aunque no haya gente en ese momento que vea la lección. Por eso creo que esa mentalidad se remonta a situaciones como la clasificación que hacían los nacis, sin ningún sentido sobre personas que veian más débiles que ellos.
¡Ánimo Gorilas!, por aquellos que son legales, he esperado tantos años para entrar en una discoteca, pero que no se confundan los gorilas animales, porque si creen que mi esfuerzo va por ellos están muy equivocados, cuando sean humanos entenderán que por la fecha de nacimiento del carnet de identidad, se puede saber la edad.
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