La cartelera

Los viernes por la noche alguien propone la muy buena idea de ir al cine y enseguida surge una pregunta lógica, qué vamos a ver; ahí nos encontramos algunos, entre los que me incluyo y a los cuáles nos gusta el cine de calidad con el problema de que realmente no hay nada que ver. Y no hay nada que ver por la razón de que la cartelera está llena de películas comerciales y apenas sí hay alternativa para quienes queramos ver otra cosa que no sea una peli made in USA.
Da la impresión de que es en EEUU en el único sitio donde se haga cine o al menos cine que valga la pena ver por los espectadores (desde luego, hablando de dinero es lo que más rentable le sale a los cines pues la mayoría de la gente las prefiere) porque la cartelera se encuentra infestada de pelis que provienen del país de las oportunidades pero, no es así ni mucho menos. En oriente (como no tenía que hablar del cine oriental si no, no me iba a quedar tranquila), por ejemplo, se hacen más pelis al año que en EEUU pero, no nos quedemos en simples cifras porque no sólo se hace más cine si no además éste es de mejor calidad. Hace poco, sin ir más lejos, estrenaron una película de origen japonés titulada 2046, una obra genial del mismo director de Deseando amar que estuvo a punto de llevarse un premio en el festival de Cannes, pues ya el día del estreno sólo la pusieron en un cine, el Corona Center. Y a parte del innegable cabreo que me pillé por la faena que me hicieron porque ni sé donde está ese cine ni tengo tanto dinero como para pagarme el transporte y luego, la peli, quiero mostrar mi incomprensión hacia esto, que pasa una y otra vez y es que no me habré perdido ya pelis ni nada por lo mismo (un montón u más).
Cinéfilos los habremos pocos pero, los habemos y somos muy capaces de llenar una sala de cine si nos animan a ello proponiéndonos una cartelera una tanto más heterogénea.

Aquí queda mi crítica que va dirigida en general a todos los cines, que son la mayoría, en los que predominan de forma casi absoluta las películas basura y más en concreto, al cineápolis por ser el que más me toca de cerca.