| La agresividad en dos hermanas |
AGRESIVIDAD
¿Es cierta esa agresividad de la que se habla en Dos Hermanas?
Si no es verdad,¿por qué hablan tanto de ella?Y si existe,
¿de donde ha llegado en tan poco tiempo?¿qué la provoca?
¿es una consecuencia del fracaso de las drogas,de la falta de disciplina,
de problemas económicos o familiares?¿donde se genera?¿qué
trallazo tensa de repente el espiritu con esa descarga de adrenalina?
Algo debe haber que no parece fácil de solucionar a corto plazo y
está alterando nuestros hábitos, afecta a nuestra agradable costumbre
de prolongar una copa o una reunión en el centro --o en cualquier otro
lugar donde no es fácil encontrar aparcamiento-- hasta pasada media noche.
Ya hay quien se lo piensa antes de salir y quien, habiendo salido, está pendiente
del reloj y a una hora sale corriendo como cenicienta; porque cuando se cierran los
autobuses, las paradas de taxis están vacÃas y hay que andar hasta el coche,
que si se llevó suele estar lejos, o incluso hasta nuestra casa. En un
lugar como este, en donde la mayor parte del año el tiempo es cálido y
en verano las noches son frescas, además de sano, andar puede ser un placer;
de hecho asà ha sido hasta que nos han metido el miedo en el cuerpo, y ahora, quien
no sale acompañada de casa queda con una vecina para la vuelta.
Somos muchas las personas solas que no queremos que nos acompañen.
Una cosa es un robo en un momento de descuido; otra el tirón del bolso que
implica mucho más que riesgo porque no se lo dan a las jóvenes sino a quienes
en la caÃda se pueden partir hasta el alma; también hemos conocido casos
de violación, un acto de tiranÃa tan brutal que no se olvida; y como nos pasamos
la vida aprendiendo, ahora nos llega la novedad de una cobarde paliza entre varios
a una persona sola y porque sà , que tampoco están libres quienes no son pijas.
Se dice que esa violenta afición es cosa de los "canis" , pero yo tenÃa por entendido
que los "canis" eran pandillas que robaban vino y dinero en las movidas ,mientras
que los puñetazos que partÃan las mandÃbulas las propinaban unos motoristas anónimos.
Claro que todo puede evolucionar. Y también que no sea para tanto, que el peligro esté
magnificado, pero el caso es que hemos perdido los taxis y el tranquilo placer de andar
solos por la noche. |